6 de julio de 2021
La Muralla Fundamentalista
Presentación
Año 2000.
Una típica iglesia rural, construida en madera, pintada de color blanco y coronada por un campanario que alberga unos cuantos nidos de pájaro. Alrededor, se extiende un campo de trigo.
Salvo por unos rezos susurrados, el silencio se impone dentro del santuario. Los pocos rayos de sol que se filtran a través de las vidrieras se mezclan con el olor a barniz de los bancos ordenados en fila y el polvo incrustado en la moqueta, instalada en el suelo décadas atrás. En una mesa al lado de la puerta, unas generosas ollas de café americano se mantienen humeantes, aún después de una larga noche de vigilia.
El predicador sube al escenario y se coloca detrás del púlpito, junto a una figura de cartón en tamaño real de George Bush hijo y bajo una gran bandera de barras y estrellas.
Coge el micrófono.
Ojerosa, la congregación le mira, expectante.
Tras unos segundos, por fin habla.
– ¡Hemos ganado! – grita con emoción.
El público se pone en pie, mientras suenan los primeros acordes de «Firmes y adelante, huestes de la fe» desde un piano situado en algún rincón del lugar. Todos visten el mismo uniforme: los hombres, vaqueros o chinos de color oscuro con camisa blanca, y las mujeres, falda larga y pelo que les llega hasta la cintura. Entonan juntos el himno.
A medida que cantan, comienzan a bailar con torpeza, medio enloquecidos. Algunos gesticulan con las manos, alzándolas al cielo. Muchos tienen lágrimas en los ojos. Una mujer de unos treinta años, meciéndose entre su marido y sus cinco hijos, empieza a vociferar por encima de la música en un idioma no conocido por ningún ser humano, subiendo de tono al calor de su exaltación hasta llegar a chillar las extrañas sílabas de forma más aguda. Otras mujeres, y también algún hombre, se unen a su canto aparte con sus propias lenguas inventadas, formadas por inverosímiles palabras que resuenan cada vez más fuerte contra las paredes de la capilla.
Y entonces, empiezan a desmayarse. Caen uno tras otro por todo lo largo y lo ancho de la estancia. Los que permanecen de pie ni se inmutan; siguen con su celebración.
Un niño de unos 12 años se encuentra entre los jubilosos, los ojos humedecidos como todos los demás, sonriente y dando saltos y gritos de alegría.
Ese niño soy yo.
***
¿Qué hacía yo en medio de esta escena el día en el que el causante de la Guerra de Irak llegó al poder?
Nacido en el seno de una familia evangelista, he vivido de primera mano el particular vínculo entre este colectivo religioso y la política estadounidense. Concretamente, su férreo afán por el partido Republicano. Esta experiencia vital me proporciona una perspectiva única e íntima del grupo.
Y es que el grupo es grande. Los evangelistas suponen entre un 30 y un 35% de la población de los EE. UU. (90-100 millones de personas). En este viaje, exploraremos el lado más opaco del colectivo: los Fundamentalistas.
Los Fundamentalistas se han autoaislado detrás de una muralla, construida en base a una fe inquebrantable en su particular versión de Jesucristo y la desconfianza hacia el mundo exterior. Detrás de esta muralla, ha surgido una cultura idiosincrásica con ideas propias acerca de las razas, el aborto, los Demócratas, las vacunas, la evolución, el cambio climático y más. Una cultura donde ser cristiano es sinónimo de ser Republicano y que, en última instancia, llevará a Trump a la Casa Blanca.
El expresidente Donald Trump posa con una Biblia
Porque desde detrás de su muralla, los Fundamentalistas ejercen una enorme influencia política, tanto a través del voto como por medio de sus adeptos que ocupan puestos en las más altas esferas del gobierno.
El exvicepresidente Michael Pence, reconocido Evangelista Fundamentalista, en su ceremonia de investidura en 2017
En formato de discurso narrativo y de investigación histórica, en La muralla fundamentalista, profundizaremos en sus orígenes y creencias, su unión con el partido Republicano y el poder actual que ostentan en un mundo donde Joe Biden es presidente y la COVID hace sus estragos.
Te invito a acompañarme detrás de la muralla. Vamos a descubrir el universo de los Fundamentalistas.